El algoritmo no lo es todo.
Hace unos días, preparando una formación, busqué en Google una referencia sobre Hedy Lamarr, actriz del Hollywood dorado de los años 40 e inventora. Mi búsqueda dejó un rastro en la red y al día siguiente, leyendo la prensa digital, me aparecieron recomendaciones y anuncios de una conocida librería anunciando biografías de otras estrellas de aquella época de Hollywood como Marlene Dietrich y Barbara Stanwick. El motivo de mi búsqueda nada tenía que ver con su faceta de actriz, sino con la de inventora.
No cuento esto en términos de juzgar si es bueno o no que un algoritmo mate nuestra curiosidad e iniciativa y decida por nosotros qué cosas necesitamos. Diariamente, vemos las bondades y excelencias de un mundo rabiosamente enganchado a la transformación digital, cantando sus alabanzas y gloriándose de ella como una nueva religión.
Jesús Briones vuelve a someternos, a provocarnos con este ensayo que aborda los riesgos y peligros de la experiencia de la transformación tecnológica; que él, prudente y desafiante, nos advierte que no estamos aún ni en los prolegómenos de una revolución, que muchos dan ya por casi terminada.”
Nos propone una mirada alternativa, un punto de vista de quien conoce bien de lo que habla, que conoce bien a las organizaciones, que es filósofo y ejerce, que es un profesional de los recursos humanos de larga experiencia además de experto en competencias digitales y que, anticipándose a lo que venía, publicó el libro “Promesas y realidades de la revolución tecnológica” (Catarata. Madrid 2020).
No podemos pensar en la era digital en términos absolutos.
Los detractores y los entusiastas no tienen razón, y, asimismo, ambos la tienen. En un momento complicado de nuestra sociedad, muy polarizada, en una vertiente de juicio y posicionamiento muy sesgados por la ideología, Jesús Briones viene a poner cordura, criterio, sensatez y atrevimiento. La era digital no es ni mala ni buena en sí misma. La tecnología simplemente es tecnología. Es nuestro papel, como sociedad, decidir cómo queremos vivir este proceso, con qué fines y a qué servicio global. ¿Es para enriquecernos? ¿Es para hacer una sociedad más igualitaria, solidaria y fraterna? ¿Es para tener una sociedad más controlada a través de los datos?
No olvidemos que la tecnología va a hacernos la vida más cómoda, pero no más feliz. No nos va a generar más bienestar, puesto que la experiencia del bienestar es interna. De ahí que Briones nos invite a una consideración crítica respecto del maná que para muchos supone la transformación digital.
Jesús Briones nos provoca. No olvidemos que es filósofo y, como Camus, sabe espolear nuestra atención a través de la provocación. Evolutivamente, en este momento no somos la sociedad más consciente. Aturdidos y confusos por el auge de las tecnologías digitales en nuestras vidas, en todos los órdenes, profesionales, familiares, sociales, económicos, del ocio, hemos sufrido una merma importante de nuestra capacidad de atención, por ende, perdemos conexión con el cuerpo colectivo de la humanidad. Es necesario detenerse y reflexionar. Es importante que reflexionemos acerca de las implicaciones de la era digital en nuestra vida, en nuestra privacidad, dispuestos como estamos, en ese estar como ausentes, a facilitar toda clase de datos de los que se puede hacer un uso torticero, interesado y calculado.
El exceso de información no garantiza el conocimiento, ni aún menos, la sabiduría. La sabiduría es conocimiento aplicado. Nunca antes habíamos vivido tal facilidad de acceso a la información, pero Briones nos recuerda que, y cito textualmente: “Nunca antes había existido semejante tránsito de información y de acceso a ella. Esto es innegable. Pero eso no significa que se convierta en conocimiento, puesto que la disponibilidad de la información no garantiza su adquisición.”
Nos enfrentamos a un escenario complejo y ambiguo tras los devastadores efectos de la pandemia. Y, si ya era una necesidad antes, ahora necesitamos, más que nunca, un adecuado equilibrio competencial entre las capacitaciones técnicas STEM* y las más humanistas HECI*, que es lo que nos permitirá a la especie humana anticiparnos a las máquinas merced a nuestra singularidad en nuestra capacidad de “preguntar” frente a la capacidad de las máquinas de “responder.”
Hemos de acostumbrarnos, por el carácter disruptivo de la transformación digital, a establecer metas difusas, metas que cambiarán nuestro escenario vital, profesional y laboral, donde cambiarán las reglas del juego para todos. Podremos decidir qué dirección tomar, pero aceptando la posibilidad de cambiar con cada etapa, con cada experiencia y su análisis. Hemos de acostumbrarnos a encarar un futuro, no desde las respuestas aprendidas, sino abrazando lo que el futuro traiga y respondiendo a él, no reaccionando. Briones insiste en que hemos de ser muy precavidos frente a quienes vaticinan escenarios apocalípticos para el trabajo. Nos transformaremos y evolucionaremos y veremos lo que el futuro y la transformación tecnológica trae.
El conflicto, si lo hay, no tiene que ver con la era digital en sí, sino el uso que hagamos de la digitalización, de la tecnología. La ética es la respuesta. Y la ética es un marco de referencia que adquiere cada vez más notoriedad. Se hace necesaria en un mundo VUCA, en una sociedad que ha sido duramente golpeada por la pandemia, pero que, en su tragedia, también tiene la oportunidad de reconsiderar su papel en el futuro inmediato. Políticos, empresarios, líderes de opinión, filósofos, sociólogos, científicos, religiosos, tienen ante sí una oportunidad extraordinaria de revisar nuestra actuación previa a la aparición del Covid 19, y Jesús Briones nos propone esa mirada crítica, constructiva y positiva acerca de las extraordinarias posibilidades de la digitalización si colocamos a la humanidad, a la Tierra, en el centro de nuestra mirada, desde la ética, la responsabilidad individual y los valores.
Briones lo dice bien claro: La ley moral y el juicio ético deben ser incuestionables y no deberíamos dejar que fuesen sustituidos por un algoritmo.
El algoritmo no lo es todo.
La humanización de la era digital. Jesús Briones. Los libros de la catarata. Madrid 2020.
© François Pérez Ayrault
* Acrónimo en inglés de STEM: Ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas. HECI: Humanismo, ética, creatividad e imaginación