PROMESAS Y REALIDADES DE LA «REVOLUCIÓN DIGITAL» (Jesús Briones)
Con excelentes mimbres, pues este libro surge de su tesis doctoral, mucha investigación, un saludable escepticismo, y un buen repaso al papel de las instituciones y corporaciones en esta sociedad “digitalizada”, Jesús Briones nos adentra en la exploración de un viaje por esas promesas y realidades de la revolución digital, poniendo negro sobre blanco la enorme confusión y la dispersión informativa que hay al respecto.
Ya en la presentación del libro, magníficamente secundado por Ángel Gabilondo, ex-ministro y portavoz del grupo socialista en la Comunidad de Madrid, Pedro Miró, consejero-delegado de Cepsa y Juan Miguel Villar-Mir como presidente del patronato de la fundación Ortega y Gasset-Gregorio Marañón, llamó la atención la comparación que estableció respecto del impacto de la revolución digital con el impacto real de la globalización. Globalización que, en mi fuero interno y por aquello de que la ignorancia es muy atrevida, creía que formaba parte de nuestra realidad. Y nos sorprendió con algunos datos, cito dos, pero fueron más y muy reveladores: Del total de llamadas telefónicas que se realizan en el mundo en un día, menos del 2% corresponden a llamadas internacionales. Si incluimos las llamadas realizadas con telefonía a través de Internet, el porcentaje es inferior al 7%. La media de amigos en Facebook arroja un escaso 10% – 15% para aquellos contactos y amigos que son de otro país. Es decir, la percepción del impacto de la globalización es mayor en el ámbito de la opinión y la información. En términos prácticos de cómo afecta la globalización a nuestras vidas personales y profesionales su impacto es mucho menor. Lo que propone Jesús en su libro es una visión acerca de lo que hay de cierto y lo que no en la pretendida “revolución” digital. Si es o no es tal revolución, o si se trata de un proceso evolutivo natural a partir de la irrupción de las TIC allá por los años 70 en los procesos productivos de las empresas y organizaciones.
En un ejercicio impecable de síntesis y labor investigadora, Jesús nos propone que la información debe ayudarnos a imaginar el futuro, no a conjeturar cuál va a ser. Una de las conclusiones, para mí, más esclarecedoras, es el potencial desarrollador que tiene la unión del conocimiento con las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), pero, al mismo tiempo, la enorme confusión que hay sobre la diferencia entre información y conocimiento. En este punto es rotundo Jesús aclarando las bondades de la tecnología en nuestras vidas y nuestro trabajo, y la necesidad de separar la paja del grano entre información y conocimiento, al tiempo que reflexiona sobre la necesidad de canalizar y vertebrar la abundante información que nos proveen las TIC a través del análisis y la inteligencia colectiva, competencias cada vez más recurrentes en nuestro tejido empresarial. Como afirma en su libro: La creación de conocimiento lleva a la innovación continua y ésta a su vez al desarrollo de ventajas competitivas.
El libro nos alienta a obtener el máximo provecho de las TIC, pero también nos previene frente a un elemento propio de las revoluciones que no se da en la revolución digital, pues no se trata de un logro popular, no se trata de una reivindicación, ni de una conquista nuestra, y que, por tanto, debemos ser cautos frente a otros intereses, no necesariamente espurios, pero sí intereses. Las enormes posibilidades de las tecnologías las confronta, Jesús, con las debilidades y amenazas, y cito: La despersonalización, el desarraigo individualista, la caída de valores como la inteligencia y el conocimiento en favor de la información vacua o la expresión sin verdadero diálogo ni comunicación.
Y concluyo con mis mejores recomendaciones para su lectura con el vaticinio que propone Matt Ridley, a quien cita Jesús en sus páginas cuando habla del modelo evolutivo natural de nuestra especie y concluye que: La inteligencia se hará cada vez más colectiva; la innovación y el orden se moverán de abajo a arriba, el trabajo será cada vez más especializado, el tiempo libre cada vez más diversificado.
En suma, se trata de un acercamiento a la realidad que subyace bajo el espeso y confuso manto de la saturación informativa.
Mas información en: http://www.catarata.org/libro/mostrar/id/1141
© Francois Pérez Ayrault 2016
Me leeré el libro (inicialmente) por la reflexión que apuntas sobre la confusión entre información y conocimiento.
Cae como lluvia de tormenta que moja pero no empapa, información sobre nosotros. Como indicas, es necesario «canalizar» y «vertebrar» la información pero para ello es necesario tener las distinciones al respecto de la información que hay disponible.
Me explico: Abrumados por la TV, tertulias radiofónicas, internet, (LinkedIN, You-Tube), etc., de información, parece, a mi juicio y por las intervenciones y comentarios que leo en la red digital que lo aceptamos.
Lo que noto es que escasea «dudar de la información» que nos presentan.
¿Por qué no dudamos de lo que nos presentan como información? Posiblemente porque nuestro conocimiento al respecto es escaso, restringido, pobre, limitado. Así me parece difícil canalizar o vertebrar la información.
Insisto, leeré el libro. Mi agradecimiento a Jesús Briones por el esfuerzo. (Todo cuesta).
Apreciado Mauricio, mil gracias por tu comentario a la reseña. El exceso de información produce pobreza de atención. Hay que ser muy cuidadosos al respecto y trabajar lo que debería ser una competencia exigible en estos nuevos entornos que es el pensamiento crítico o la capacidad e desarrollar análisis certeros y críticos para transformar eficientemente la información en conocimiento. La economía digital abre un nuevo paradigma y como todo nuevo paradigma necesita de sus ajustes.
Muchas gracias por tu comentario.