Una empresa libre es una sociedad libre.
Las redes sociales, así como los espacios de tertulia en radio y televisión, están abriendo cada vez más un debate sobre un concepto antiguo en su origen, pero ciertamente alineado con el convulso momento social y político caracterizado por una polarización alimentada y promovida por todas las opciones políticas y los medios de comunicación, sin excepción.
Es el ultracrepidarianismo. La expresión original en latín es “Ne supra crepidam sutor judicaret”, que se traduce por “el zapatero no debería juzgar más allá de las sandalias” o “Sutor, ne ultra crepidam” que traduciríamos por “Zapatero, no más allá de la sandalia”.
Veamos el origen de esta expresión. Según Plinio el Viejo, un zapatero se acercó a ver la obra del pintor Apeles y le señaló un defecto en una sandalia. Apeles le agradeció el gesto y se dispuso a corregir la pintura. El zapatero, animado por la gratitud y el reconocimiento de Apeles, abundó en su opinión acerca de otros defectos que percibía en su trabajo; momento en el que Apeles le paró y le dijo “Zapatero, no más allá de la sandalia”.
¿Vale todo en internet y las RRSS?
Como el zapatero, hoy, tanto en las redes sociales como en radio y televisión, muchos usuarios y tertulianos se sienten con la autoridad de emitir juicios y críticas sin fundamentos sólidos, traspasando la línea entre opinión y crítica informada. Umberto Eco se quejaba de “la invasión de necios” que poblaban las redes sociales y que “el drama de internet es que promovía al tonto del pueblo al nivel de portavoz de la verdad”. Eco exageraba, si es cierto que internet es un gran foro donde cabe todo y se difunde todo y es saludable, también es cierto que este espacio de libertad es para todos sin exclusiones. Es nuestra nueva realidad, con su belleza y bondad, pero también con su fealdad y oscuridad.
Una competencia clave para nuestro desarrollo: El pensamiento crítico.
Escribo esto solo para llamar la atención de que, alertados por el auge del ultracrepidarianismo, debemos fomentar el pensamiento crítico. Es la forma de responder a esa tendencia cada vez mayor a opinar sobre temas de los que carecemos de un conocimiento cabal. Nadie está libre de su nefasta influencia, como podemos ver a diario en las redes sociales y en las tertulias de radio y televisión. Obviamente, con escasas y honrosas excepciones a un lado y otro del espectro ideológico.
Como coaches, es fundamental que reflexionemos sobre este fenómeno y sus implicaciones. Hoy vemos como el apego a las ideologías determina el curso del pensamiento y facilita el trabajo de pensar; es decir, nos permite no pensar. Como refería un amigo conversando sobre esto, hoy vivimos frente a un muestrario de paquetes ideológicos de la señorita Pepis que muchos ciudadanos compran y se ahorran el esforzado trabajo de pensar.
Pensar es esforzado..
¿Y por qué? Porque pensar es algo esforzado, duro y sacrificado. Ya lo advertía Bertand Russell cuando, como activista, asesoraba y ayudaba a sus estudiantes para librarlos de ir al frente en la I Guerra Mundial, y fue encarcelado y despedido del Trinity College. “Mucha gente prefiere morir antes que pensar; de hecho, lo hacen”. “El ser humano teme al pensamiento más de lo que teme a cualquier otra cosa del mundo; más que la ruina, incluso más que la muerte. El pensamiento es subversivo y revolucionario, destructivo y terrible. El pensamiento es despiadado con los privilegios, las instituciones establecidas y las costumbres cómodas; el pensamiento es anárquico y fuera de la ley, indiferente a la autoridad, descuidado con la sabiduría del pasado”.
Johannes Hessen, en su libro «Teoría del conocimiento,» nos habla del criticismo como un método que busca investigar las razones y fundamentos de nuestras afirmaciones y objeciones. Este método nos ofrece la esperanza de alcanzar sabiduría a través de la reflexión profunda. El pensamiento crítico, en esencia, nos ayuda a entender cómo funcionan nuestros procesos de pensamiento y cómo articulamos nuestras ideas al tomar decisiones. El precio que pagamos cuando nos abrimos a la experiencia del pensamiento crítico es que encontremos verdades que nos incomoden. De ahí la importancia de desapegarnos de nuestras ideologías, de nuestros marcos mentales, de nuestras convicciones más íntimas y arraigadas, algo a lo que pocos están dispuestos. Es doloroso, pero es liberador y trae la promesa de una plenitud y satisfacción posterior; algo así como la pereza que precede al ejercicio físico que se convierte en una experiencia gozosa a su conclusión.
Una señal de inteligencia.
El problema no es que no estemos siendo reflexivos, el problema es que no estamos siendo conscientes de si estamos o no siendo reflexivos. El pensamiento crítico nos obliga a una revisión constante de nuestras creencias, nos protege del autoengaño y de la influencia de la conformidad social. Como coaches, debemos fomentar esta práctica en nuestros clientes, ayudándolos a desarrollar la habilidad de hacer y hacerse preguntas y explorar a fondo sus propias creencias. Como nos recuerda Sadhguru «Una señal de inteligencia es que te estés preguntando constantemente sobre las cosas. Los idiotas siempre están seguros de cada cosa que están haciendo en su vida”.
¿Cómo vamos a responder a estas fuerzas de cambio, complejidad e incertidumbre que los procesos evolutivos nos están presentando si vivimos apegados y sesgados por nuestros modelos mentales?
El efecto Dunnig-Kruger.
Sin embargo, el problema va más allá del ultracrepidarianismo. El efecto Dunning-Kruger, descubierto por Justin Kruger y David Dunning en 1999, revela un sesgo cognitivo que afecta a individuos con escasa preparación y capacidades. Estas personas tienden a sobreestimar su propia inteligencia, incluso cuando carecen de conocimientos fundamentales. No solo no reconocen su propia incompetencia, sino que también son incapaces de apreciar la habilidad de otros. Es, sin ser efecto o causa, un rasgo más de esa ignorancia que no nos atrevemos a reconocer.
Curiosidad intelectual y humildad situacional.
Como coaches, tenemos la responsabilidad de guiar a nuestros clientes hacia un pensamiento más crítico y humilde. Debemos ayudarles a reconocer la importancia de cuestionar sus suposiciones y estar abiertos a la posibilidad de que no siempre tengan todas las respuestas. Fomentar la curiosidad intelectual, la autoevaluación constante y la humildad situacional es esencial para el desarrollo personal y profesional. Un aspecto en el que debemos ayudar al desarrollo de líderes y mandos en un mundo complejo y convulso es que no tenemos todas las respuestas, es en la habilidad de reconocerse incompetente y estar cómodo con ello, algo que desarrollo en este artículo.
En un mundo en constante cambio, el pensamiento crítico se convierte en una habilidad, nunca mejor dicho, crítica. Como coaches, contribuyamos a cultivar esta habilidad en nuestros clientes y en nosotros mismos, para enfrentar con éxito los desafíos que nos presenta la complejidad e incertidumbre de la vida moderna.
© François Pérez Ayrault
2024
Serie de artículos:
(1/5) La Seguridad Psicológica y la gestión de la complejidad en las organizaciones.
(2/5) Las cuatro etapas de la seguridad psicológica. Primer etapa: La etapa de inclusión.
(3/5) Las cuatro etapas de la seguridad psicológica. Segunda etapa: La etapa del aprendizaje seguro.
(4/5) Las cuatro etapas de la seguridad psicológica. Tercera etapa: Seguridad de contribuir.