Redefinir el papel de las personas mayores en el mundo profesional, requiere nuevas formas de pensar sobre cómo aprovechar su experiencia de trabajo y educación acumuladas. Muchas personas se encuentran atadas mentalmente en la idea tradicional de vivir de las pensiones que los estados les ofrecen durante el resto de su vida no laboral. Sin embargo, hay otras opciones que debemos de tener en cuenta cada vez más, como pueden ser, los incentivos a las personas mayores que permanezcan en sus roles profesionales después de la jubilación.
Aprovechar este capital intelectual a través de la iniciativa empresarial y la gestión de pequeñas y medianas empresas es una necesidad. Una nueva mentalidad ofrece nuevas oportunidades, particularmente en las economías avanzadas. Para hacer esto, debemos reconocer el potencial que las personas mayores continúan poseyendo. Cada vez más, estas personas no solo pudieran ser fuentes de riqueza financiera, sino también de impulso y determinación a la hora de crear y mantener nuevos negocios, independientemente de sus años. Su creciente disponibilidad para trabajar
también puede ayudar a compensar la escasez de habilidades en algunos mercados y, de esta manera, tendríamos una población senior productiva junto a una más joven y prometedora.
A medida que las poblaciones envejecen, muchas personas con experiencia, conocimientos técnicos y medios financieros eligen el emprendimiento como una meta tardía. Esta argumentación se basa en la pertinaz realidad de que los empleados mayores, están siendo «expulsados» del mercado laboral tradicional por factores como: la discriminación por edad, la falta de empleo activo para ellos o simplemente por la firme creencia de que su edad laboral se ha terminado. Por ello, comenzar un negocio puede ser la única alternativa para individuos maduros que desean reanudar su actividad económica.
El creciente aumento de las personas que han salido del mercado laboral, ya sea por prejubilaciones, despidos o regulaciones temporales de empleo a edad madura, precisa de incentivos para seguir prestando su apoyo a la sociedad. Este grupo de profesionales senior, formado por personas con experiencia, conocimientos y una sólida red de contactos tejida a lo largo de su vida profesional, son un excelente punto de partida para lograr su retorno al mercado de trabajo y al desarrollo de una actividad emprendedora.
En los EE.UU por ejemplo, el nivel de autoempleo entre los mayores de 50 años es aproximadamente uno de cada cinco empleos, que es muy superior al del resto de los grupos de menor edad. El doble de empresarios exitosos tienen más de 50 años, no solo los mayores inician más negocios, sino que lo hacen mejor. El porcentaje de emprendedores con empresas de éxito por encima de los cinco años es del 70% frente al 28% de los empresarios más jóvenes. La aseguradora Easy Life Cover así como el informe Kauffman sobre crecimiento empresarial afirman que uno de cada tres nuevos negocios en los EE.UU nació de emprendedores de más de 50 años.
El fenómeno creciente del emprendimiento a partir de los 50-55 años, se nutre de forma exponencial del envejecimiento de la población en toda Europa. En la actualidad en España el 18,2% de la población es mayor de 65 años y las proyecciones para el 2019 del 24,9% y para el 2064 del 38,7%. Dentro de 15 años en España, residirán 11,7 millones de personas mayores de 64 años, tres millones más que en la actualidad (34,8%) y esta cifra se incrementará hasta 14,2 millones de personas (63,1%) dentro de 50 años.
De entre el colectivo de personas mayores que desean seguir en activo profesionalmente, se podrían establecer diferentes roles, identificando sus necesidades y apoyándoles con iniciativas innovadoras e inspiradoras. Estos roles son tres:
- Personas mayores actuando como empresarios
- Personas mayores que apoyan negocios
- Tutoría como profesión.
Personas mayores actuando como empresarios.
Este primer grupo de interés, lo forman las personas mayores que se sitúan como emprendedoras potenciales, ofrecen detalles habitualmente sobre que iniciativas desean llevar a cabo para mantenerse activas en el mundo de los negocios y en el mercado laboral, empujan ideas en el mercado o se establecen como consultores estratégicos, técnicos o inversores.
Personas mayores que apoyan negocios
El segundo grupo lo integran personas mayores que se caracterizan principalmente por el apoyo a las empresas y al desarrollo de los negocios. En esta categoría, las personas mayores generalmente asumen el papel de mentores, asesores y entrenadores, a menudo apoyando a empresarios más jóvenes.
Tutoría como profesión
El tercer grupo de personas con iniciativas empresariales senior, lo conforman personas que se centran en la idea de la tutoría como profesión. Si bien la mayoría de estas personas no se reconocen como tutores desde un punto de vista profesional, hay un espacio amplio entre las personas mayores que son emprendedores y las personas mayores que desean apoyar a las empresas desde la experiencia profesional, las cuales deberían convertirse en mentores profesionales.
© Ignacio Sanz (ZinkinTalent España)